Si este es el día en el que te has decidido a hacer un poco de ejercicio, ¿qué tal si comienzas por probar algunas posturas sencillas de yoga? No te asustes, a lo mejor te suene a algún tipo de entrenamiento complicado y difícil que sólo pueden hacer los yoguis con años y años de experiencia, pero no es así.
Si bien el yoga es toda una filosofía de vida donde sus practicantes más adeptos cambian totalmente su forma de vivir, esto no quiere decir que tú no puedas percibir los beneficios en tu cuerpo al practicar algunas de las posturas que se realizan en este arte milenario.
Es necesario tomar en cuenta algunas recomendaciones sencillas antes de empezar. Si puedes hacer la sesión al aire libre, será mucho mejor. Utiliza ropa que te permita moverte, que no te apriete, pero que tampoco te quede muy holgada porque en algunas posiciones invertidas resulta muy incómodo que la ropa se enrolle y deje ver partes de tu cuerpo que no quieres mostrar.
Sin importar la hora en que te ejercites, asegúrate de que hayan pasado como mínimo dos horas desde tu última comida, pues de lo contrario puedes sufrir alguna indigestión.
Si haces tu rutina en la mañana, el yoga te hará sentirte muy enérgica durante todo el día; por el contrario, si la practicas en la noche, te ayudará a relajarte, tendrás una mejor disposición para ir a la cama y descansarás mejor. Vamos a comenzar.
1. Torsión: son un remedio tradicional para poner en marcha el sistema digestivo. Esta postura ejerce presión sobre el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, incluyendo el colon, lo cual resulta ser una estimulación beneficiosa.
Torsión
2. Avión: Este se encuentra dentro de las posturas de equilibrio. Como su nombre indica, favorecen el equilibrio aumentan la capacidad de concentración, mejorando la conexión mente-cuerpo. También fortalecen la musculatura de las extremidades inferiores y la espalda baja.
Avión
3. Medio puente: estimula la función de las glándulas suprarrenales y de la tiroides, regula la tensión arterial, disminuye la grasa a nivel de la franja abdominal, facilita la digestión y los movimientos peristálticos, fortifica los órganos ubicados a nivel de la pelvis, flexibiliza los muslos y los músculos de las piernas y pantorrillas; y por si fuera poco, tiene la capacidad de expandir la caja torácica, por lo que es una postura ventajosa para las personas que padecen de asma.
Medio puente
4. Guerrero: Proporciona flexibilidad al cuerpo entero. Abre la zona pélvica, fortalece los músculos de la espalda y
tonifica la parte inferior del cuerpo. Aumenta la energía y alivia el dolor de espalda.
Guerrero
5. Arbol: También forma parte de las posturas de equilibrio y conlleva los mismos beneficios. Además, también mejora nuestra habilidad para enfocarnos y concentrarnos. Entre más práctica tengas, mayor equilibrio tendrás y tus piernas se pondrán más fuertes.
Arbol
6. Mesa: Fortalece los brazos, piernas, tobillos y muñecas, así como la pelvis y los músculos de la espalda. Rejuvenece la columna, alivia posibles molestias en la espalda después de hacer posturas de flexionarse hacia adelante. Estira el abdomen, la cintura y la garganta. También estira y fortalece los hombros, abre el pecho y calma la mente.
Mesa
Fuente: Revista Juvenil On line
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